Miko, fue rescatado cuando era un bebé. Lo dejaron abandonado en un solar, y el pobre pequeño no paraba de llorar. Apenas le quedaban ya fuerzas cuando una mujer lo escuchó y pudo acceder al solar para rescatarlo. Se ha convertido en un gato precioso, y muy cariñoso. Desde entonces está en una casa de acogida...pero aún nadie se ha fijado en él, por lo que sigue esperando una familia definitiva