Adoptaron a Luna de una perrera, estaba contentísima y trataban de darle cariño y educarla como si fuera una hija. En ese momento estaban segurísimos de que podía darle una vida mejor y que nada y nadie los separaría. Su familia tiene que irse fuera del país, cuando buscaron las posibilidades de llevarla con ellos han visto que no pueden.
Es cariñosa, juguetona, se lleva bien con los niños, le gusta estar en compañía, es activa te va a buscar para jugar.
MI/