Merchi tiene una historia a sus espaldas muy cruel. Fue recogida de un contenedor repleta de heridas y con su rabito amputado. Por suerte está ya recuperada y lista para encontrar su propia familia adoptiva.
Quién le de la oportunidad disfrutará realmente de un amor de gatita, dulce, comunicativa, cariñosa y juguetona. Habla con los ojos y sus sonidos tan de ella.
TC/